lunes, febrero 20, 2006

Una de gañanes

¡Menudas mini-vacaciones! Después de 4 días en los que mi única actividad ha sido dormir de día y salir de noche, haciendo algún que otro esfuerzo para ingerir alimentos, ya estoy aquí de nuevo concienciándome de la vuelta a la normalidad. Me hacían mucha falta estos días porque necesitaba no pensar en nada y volver a compartir mi tiempo con mis amigos y no con toda esa gente "anónima" que estudia en la biblioteca. Y "el tiempo pasó, como una estrella fugaz...". Uff, cualquiera diría que me paso los días en la biblioteca (no penseis

mal de mí), je, je. Sin embargo, el sábado casi sufro un ataque de ansiedad nerviosa y todo se lo debo a unos gañanes asquerosos, hijos de puta, cabrones, pedazo trogloditas en celo con camisa, que consiguieron amargarme la noche aunque no dejara de sonreir mientras una vocecilla susurraba "Dientes, dientes, que es lo que les jode". Y no era la Panto. Tenía tantas ganas de salir...

Sobre todo después de una tarde decimonónica a la luz de las velas que nos brindó el apagón generalizado en Vedra y ayuntamientos colindantes. Los gañanes hicieron un cerco a nuestro alrededor y empezaron a joder la marrana empujándonos y frotándose contra nosotras dado que es la única forma que tienen de correrse de gusto. Tío, no vuelvas a tocarme. ¿Pero quien te crees que eres? No me creo nadie pero no vuelvas a tocarme ni un poco. Y se pone chulo. Que si somos creídas, que si las hay mucho mejores que nosotras, que si nos hacen así nos ponemos todas locas... ¿pero qué cojones hacía allí tocándome los güevos en vez de ir a buscar a otras "mejores" o al baño a hacerse una paja?

Me sentí impotente, porque le ofrecí unas hostias una vez pero no dos, porque hasta los veía capaces de partirnos la cara. Pero antes de irme de allí amedrentada, me muero. Y aguanté. Y reflexioné sobre tantas cosas. Pensé que a veces ser una tía es una putada, cuando la fuerza física es necesaria. Necesitaba que llegaran mis amigos en ese momento, para llorar como una niña y para que me defendieran como caballeros, como yo no supe hacerlo porque nunca me apunté a clases de defensa personal. Porque además llevo tacones, medias, falda, una ropa preciosa que si me rompen entro en parada cardiorespiratoria, y tengo el pelo largo y eso es sinónimo de una derrota segura. Sería humillante que todo el mundo me viera en el suelo en bragas, con la falda en el cuello y las medias con agujeros.

Si fuese en tenis y vaqueros o con una estúpida camisa estaría en las mismas condiciones que los gañanes y entonces quizá no me importara llevar tres hostiones porque almenos creo que sería capaz de golpear sus sucios testículos. Pero ¿tengo que vestirme pensando en que puedo encontrarme con estos individuos? Ni de coña. Nadie va a impedir que haga lo que me de la real gana. Al final se largaron y la noche continuó sin sobresaltos.

5 comentarios:

acedre dijo...

Dende logo segue habendo babosos por este mundo e dame vergonha pertencer ao meu xenero as veces. Non aturo os abusos de poder tanto de homes sobre mulleres, como adultos sobre nenos, armados sobre indefensos e todos eses tipos.
Respondeches ben e aledome de que este acontecemento non corte a tua forma de ser e que sigas disfrutando que uns babosos non son o total dos homes.
Un saudo e dicir que esta visita e rebotada dende *sara.

María M dijo...

Moitas gracias acedre. A verdade é que levei un disgusto bastante grande e tiña moitas ganas de chorar. Ademais puiden observar que hoxe a xente pasa moito de meterse en líos e miran cara outro lado. Sentinme moi soa en medio de tanta xente. Parecía coma se todos se coñecesen alí e nós, o elemento novidoso naquel lugar, non tivesemos dereito a nada. É unha pena.

Bicos e volve cando queiras, son a prima de Sara. Je,je.

Elianinha dijo...

O certo é que hai tíos que dan puto noxo. Compréndote, é o prezo que temos que pagar por estar tan buenísimas

Marla Singer dijo...

jajajaja completamente de acordo con Elianinha

Pedro Lima dijo...

Mariquinha, que sorriso!!!