viernes, febrero 29, 2008

La nuit des Oscars '08

La noche del pasado domingo fue una gran noche. Una fecha que tendrá para siempre su página en la historia del cine español, en la vida de Javier Bardem, pero también en la de un pequeño grupito de amigas que están viviendo un año maravilloso en una ciudad que no lo es menos y que se apuntan a un bombardeo si hace falta. Desde que fuéramos a ver "No country for old men", no abandonamos la idea de reunirnos en mi casa el domingo 24 de febrero para ver la gala de los Oscar de cabo a rabo como está mandado, lo que implicaba varias cosas, entre ellas un lunes bastante difícil. Pero no fue hasta el sábado anterior de madrugada cuando tomamos la decisión definitiva. Lo haríamos. Así que el domingo por la tarde Ana y yo fuimos a la compra a una de estas tienduchas en las que te sablean pero que suelen salvarle la vida a la gente que es un desastre y se queda sin comida en fechas señaladas. Dos tortillas de patatas y unos cuantos canapés de salmón ahumado más tarde, Bea, Carola, Irina y Paola hacían acto de presencia en casa con sus respectivos pijamas en el bolso. Eran las 00.00 h., y aunque la gala no empezaría hasta las 02.30 h., por la red carpet (o alfombra roja) ya desfilaban nuestras primeras víctimas. Que sí, que sí, para que vamos a negarlo, nos encanta criticar a estos niveles. Hay quien lo llama envidia cochina, nosotras preferimos el término, opinión profesional. Que si a Nicole Kidman le sobra collar, que si Jessica Alba no se sabe quitar partido, que si a Cameron Díaz le salen mollejas en la espalda, que si, que si... Que sí, Que sí. Opinión profesional. Eso sí, casi todas coincidimos en lo espectacular que iba Marion Cotillard, nominada al oscar como mejor actriz por "La môme", y en que Javier estaba irresistible. Y es que esta noche tenía que ser la noche franco-española, nuestra noche. Yo supe que le darían el oscar a Javier desde que vi la peli de los Coen pero mi convicción no evitó que me pusiera nerviosa. Sobre la interpetración de Cotillard dando vida a Edith Piaf no puedo pronunciarme todavía pero poco importa eso ahora. Ambos tienen la estatuilla dorada en sus manos y han hecho realidad su sueño. En cuanto a nosotras, amantes del cine universal, adictas al papel couché y herederas del glamour hollywoodiense, sumamos otra de esas noches especiales y seguimos viviendo el nuestro propio.

P.D. Atención a los golpes que se oyen en un momento de la grabación. Parece que mis vecinos de abajo, Mr y Mme Delamorinerie, más conocidos como los "afroyayos", no compartían nuestra emoción a las 4 de la mañana. Pero ésta ya es otra historia...