lunes, enero 23, 2006

And the Oscar goes to...

Ojalá fuera así. Delgadita y esbelta. No es un tema que me coma la cabeza porque afortunadamente estoy a gusto conmigo misma y me quiero bastante, pero también sé que podría mejorar mi aspecto físico si adelgazara un poco e hiciera ejercicio. Lo de la altura es irremediable y también sé que jamás tendría esa cinturita de avispa ni esas caderitas inapreciables. Del bronceado perenne ya ni voy a hablar. El caso es que me enamoré de este modelito, fue algo a primera vista y me encantaría ir así vestida al acto de licenciatura. Me parece sencillamente perfecto. Mi hermana dice que parece el uniforme de una chacha. A mí me da igual lo que piensen los demás. Cuando tengo dudas pido opinión, cuando estoy completamente segura, ni opinión es la única que cuenta. Y en este caso, estoy completamente segura. Si yo me siento elegante y guapa, los demás ya pueden decir misa, a no ser que aparezcan Carrie Bradshaw o Sienna Miller y exclamen: "¡Chica, pareces Britney Spears!". No sé como me quedaría el modelito, tendría que probarlo, pero tengo la ligera impresión de que no me sentaría bien. Quizá no estemos hechos el uno para el otro. O sí, quién sabe... Los zapatos que quiero comprarme, estilo Marilyn, años '50, de plataforma y tacón, que dejan intuir los deditos, me van geniales con el conjunto. En mi mente todo es perfecto. Trasladadas, mis ideas a mi cuerpo, la cosa suele variar. Le pasa a la gente con demasiada imaginación, que se suele pegar la ostia cuando aterriza. Aunque este tipo de ostias, derivadas de mis eternas frivolidades, no sean demasiado graves ni dolorosas.

1 comentario:

Marla Singer dijo...

A mí también me gusta, la verdad.